
El oro y los kilates: 24, 18… ¿qué significa?
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Cómo cuidar las joyas de plata
enero 22, 2025El otro día comentábamos los tipos de oro que hay en función del kilataje. Resumiéndolo, la cantidad de oro en una aleación se calcula sobre 24 kilates, o 24 partes de oro. El oro de 18 kilates tiene 3 partes de oro de cada 4 (por eso se llama oro de ley u oro de 750 ml, de 750 milésimas), luego hay oro de 14 kilates, de 9… aunque, como muchas veces la aleación se funde a mano en el taller, en realidad se puede poner la cantidad que se desee.
Con la plata sucede lo mismo, y también hay distintos tipos de plata. La plata, al igual que el oro, es un metal relativamente blando y por lo tanto la plata fina, que es plata prácticamente pura (de alrededor del 99,99%) no se suele utilizar porque enseguida se ralla y se le quedan marcas. Es posible hacer joyas con ella y tienen un brillo muy característico (que es una chulada, por cierto) pero, como son tan (relativamente) blandas, ese brillo dura muy poco.
El tipo de plata más habitual es la plata de ley o plata 925. ¿Por qué tiene ese nombre? Pues porque, como ya habréis imaginado, es una aleación que contiene 92,5% de plata pura y un 7,5% de otros metales, entre ellos el cobre, el zinc o el níquel. Esta aleación se hace por dos motivos: el primero, para reducir ligeramente el precio del metal. Pero la verdad es que la plata en sí no es muy cara (alrededor de un euro el gramo), por lo que esta reducción de precio, a menos que se hagan muuuuchas joyas, no es tan importante. El verdadero motivo es que, como ya hemos dicho, la plata es blanda, y al mezclarla con esos otros metales que son más duros, se consigue un metal más fuerte que resiste mejor los golpes o impactos.
Pero esta mezcla tiene un problema: la plata, al mezclarla con el cobre, que es un metal que reacciona mucho, se ennegrece. Normalmente lo llamamos «oxidar», aunque el proceso no es ése y tiene otras propiedades químicas, pero el hecho es que, con el paso del tiempo, la plata se va oscureciendo y acaba con un brillo ennegrecido. Sí, por eso hay tantas series y películas donde los sirvientes y sirvientas tienen que pasar largas horas puliendo la plata.
¿Qué es lo que hace que la plata se ennegrezca? Sobre todo, la humedad. Sí, la humedad es el peor enemigo de la plata de ley. Si queréis que vuestras joyas de plata se conserven bien brillantes durante el máximo de tiempo posible, lo primero es evitar la humedad. Ojo: esto no significa evitar el agua, ¡ni mucho menos! Os podéis bañar con ellas, os podéis duchar, las podéis llevar al mar y a la piscina y al lago y al río. Pero, una vez salgáis y os sequéis, secad también la joya, lo máximo posible.

O, algo que también irá muy bien: al quitárosla o al no usarla, dejadla en una bolsa cerrada herméticamente, de las que tienen zip arriba, donde no entre el aire. Si no tenéis, el joyero o una cajita cerrada también sirven.
Y otro de los grandes enemigos de la plata es… nuestra propia piel. Sí, cada persona tiene un sudor y un tipo de piel distinto y, en algunos casos, el PH determinado hace que la plata se ennegrezca muy rápido. Hemos visto casos de anillos recién pulidos que en una o dos semanas se volvían negros al contacto con la piel. No es lo habitual, por suerte, pero sí que es probable que, con el tiempo, el contacto y el uso, la plata pierda su brillo.
¿Qué se puede hacer en estos casos? Pues hay diversas opciones. Existen productos «milagrosos» que limpian la plata. Por ejemplo hay paños que ya vienen con un producto especial que la pule. Nosotros sólo hemos probado un par, pero la verdad es que no nos han dado demasiados buenos resultados, porque, además de limpiar (así así) la plata, dejaban rayas y marcas sobre ella.
Otra opción son los líquidos en los que hay que sumergir la plata. Éstos ya funcionan mejor, y nosotros usamos uno que es una maravilla, si queréis escribidnos y os lo recomendaremos sin problemas (estamos intentando tenerlo disponible en la página para que lo tengáis siempre a mano).
Otra opción, que no es tanto para quitar lo negro pero sí que ayuda a mantener la joya más tiempo brillante, es limpiarla con agua caliente y jabón, con suavidad y cariño, y luego secarla con un trapo. El trapo, cuando más suave, mejor. Si es una gamuza de las gafas, ¡genial! O un kleenex también va muy bien.
Aunque, finalmente, lo más probable es que llegue el día en que la plata se oscurezca. ¿Cuál es la mejor opción entonces? Pues… ¡volverla a pulir! Lo bueno de la plata es que, en poco rato, se puede volver a conseguir un brillo como el primer día. Por eso en SENSEI siempre os aconsejamos que llevéis las joyas todos los días, tantas veces como os apetezca. Las joyas son para disfrutarlas, para combinarlas, para llevarlas y presumir de lo que nos gusta y compartirlos con amigos y amigas. Y, cuando llegue el momento, nosotros estaremos encantados de volver a pulirlas y dejarlas como nuevas 🙂
Bueno, que nos hemos ido un poco del tema. Estábamos hablando de los tipos de plata. Además de la plata fina y de la plata de ley o plata 925, existen muchos otros tipos, en general con distinta cantidad de plata, pero por ejemplo la plata de Britannia, que es una aleación hecha con 95,8% de plata pura y un 4,2% de cobre. Y plata 950, plata 800…