
Plata de ley o plata 925
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febrero 4, 2025En entradas anteriores ya comentamos cuáles son los tipos más habituales de plata que se usan en joyería. El que más es, sin duda, la plata de ley o plata 925, que está formada por un 92,5% de plata y un 7,5% por otros metales (en nuestro caso, el cobre, para evitar muchos problemas de alergías). La mezcla entre la plata y el cobre se hace para conseguir que la plata sea un poco más dura y así también se vuelva más resistente a los golpes o las rayaduras… pero, en contrapartida, la plata de ley, al tener una parte de cobre, se oxida (en realidad el proceso químico es otro, pero eso da igual) y puede acabar ennegreciéndose.
Para que esto no suceda, o para que tarde mucho más tiempo, os damos unos consejos para evitar que la plata se oscurezca o ennegrezca y mantenerla siempre pulida y brillante como el primer día. ¡Ahí van!
- En primer lugar, lo más importante: ¡la humedad! La humedad es la gran enemiga de la plata de ley. Ojo, porque esto también es muy importante: la humedad no significa el agua, son cosas distintas. Es decir: os podéis bañar, duchar, salpicar y mojar con toda tranquilidad con vuestras joyas de plata de ley… pero, al terminar, sobre todo secadlas bien, a ser posible con un paño suave (más sobre esto a continuación). En los momentos en que no las estéis usando, es mejor dejar las joyas en un lugar seco o, mejor todavía, en una bolsa cerrada herméticamente, de las que tienen zip. Si no tenéis, las bolsitas de tela también van bien, porque absorben la humedad, o podéis poner paquetitos de silicio en el joyero. Y, si tampoco tenéis bolsitas de tela a mano, podéis guardarlas en la cajita en la que os la hemos enviado.
- En segundo lugar: nuestra propia piel. Sí, la piel y el sudor tienen pequeñas partículas de ácido que reaccionan con la plata. Cada persona es distinta, y en algunos casos este proceso no será visible o tardará años en notarse y, en otros casos, será en custión de meses. En los casos en los que se pueda, evitar el contacto con la piel. Claro, esto se puede con colgantes o con pendientes, que sólo tocan las orejas en algunos puntos… pero ni de lejos con las pulseras o los anillos. En estos casos…
- El cuidado y el mantenimiento de las joyas de plata. Lo ideal es que, de vez en cuando, por ejemplo una vez por semana, las limpiéis con un poquito de agua caliente y jabón. Así eliminamos las impurezas que se le hayan ido quedando enganchadas, ya sea sudor, polvo, suciedad… aunque sea tan pequeña que no la vemos, está ahí. Limpiamos la joya con cuidado, con nuestras manos o, si tiene huecos pequeñitos, con un cepillo de dientes muuuuy, muy suave (esto es importante) y jabón (del normal y corriente, del de lavarnos las manos) y, al terminar, las secamos con un pañuelo muy suave, lo más suave posible. Los mejores son, con diferencia, los kleenex de una sola capa. Sino, podemos usar un paño de cocina, pero que sea lo más suave posible.
- ¿Por qué somos tan pesados y repetimos tantas veces lo de un pañuelo suave, lo de no usar cepillo de dientes…? Por el mismo motivo por el que dedicamos este punto a los golpes: para evitar rayaduras en la plata. La plata, como hemos dicho, es un metal relativamente blando; al alearlo con el cobre para obtener la plata de ley obtiene más dureza, pero sigue siendo un metal al que se le van a quedar marcas y muescas. A medida que usemos las joyas, y aunque no nos demos cuenta, le irán saliendo rayitas con cada pequeño golpecito: cada vez que nos ponemos o quitamos una camiseta o un jersei, por ejemplo, vamos rascando los pendientes, o el collar. O, cada vez que movemos las manos o las ponemos encima de la mesa o cogemos algún objeto, le estamos haciendo pequeñas marcas a nuestros anillos. Pero, claro, no hay que entrare en pánico ni dejar de mover las manos, ni mucho menos (para eso está el último punto). La mayoría de estas marcas no se verán o tardarán mucho tiempo en ser perceptibles. Pero sí que es importante que, al limpiar la joya, lo hagamos con paños lo má suaves posibles. Si usáis un trapo seco y basto, a las pocas veces la joya ya habrá perdido el brillo y hasta es posible que se vean las rayitas. Si usáis un paño suave o un kleenex, éstas no aparecerán o tardarán años.

- Los productos químicos. Sí, la plata de ley reacciona con algunos productos, así que, en caso de duda, es mejor evitar el contacto con ellos. No son productos del día a día, aunque sí nos ha pasado que algunos tintes para el pelo han descolorido o vuelto amarillenta la plata. El gel de la ducha no se cargará un anillo, ni mucho menos, pero si no lo tenéis claro al usar algun producto… mejor quitarse las joyas y evitar el contacto directo.
- Productos para limpiar o mantener la plata de ley. Hay diversas opciones. Existen unos paños que vienen con un líquido ya preparado que, supuestamente, limpia muy bien la plata y le devuelve el brillo. Hay muchos modelos en el mercado, pero nosotros hemos usado un par y la verdad es que no fueron nada bien, no le devolvieron el brillo a las joyas y además dejaron bastantes marcas. Tal vez estén pensados más para productos más grandes (tipo cuberterías de plata o similar), más que joyas… Por otro lado, hay líquidos o pastas que devuelven el brillo a la plata y son relativamente baratos. Los hay en casi todos los supermercados, así que la mejor opción es que probéis alguno en alguna de vuestras joyas y, si os funciona, ¡adelante! Nosotros usamos uno que siempre aconsejamos y que deja las joyas muy, muy bien, es un líquido azul en el que se sumergen las joyas y en cuestion de segundos quedan bastante como al principio. Nuestra idea es tenerlo disponible en la web, pero, si no lo encontráis, no dudéis en escribirnos y os diremos cuál es, para que lo podáis conseguir.
- Y, finalmente… Como habréis visto, muchos de los consejos se pueden seguir, pero otros, no. Es imposible llevar un anillo o una pulsera sin contacto con la piel, es muy difícil evitar todo el contacto, es imposible ponerse el jersey o la camista y tenerse que quitar los pendientes cada vez, y no siempre tendremos el tiempo para coger todas las joyas una a una y ponernos a limpiarlas con cariño. No pasa nada, y eso es lo bueno de la plata. Todos estos problemas vienen causados porque es un metal relativamente blando, pero, precisamente por eso, es relativamente fácil de volver a pulir. Por lo tanto, ¡no os preocupéis! En SENSEI JEWELS siempre os aconsejamos que llevéis las joyas todos los días, siempre que os apetezca, tantas veces como queráis, para todas las ocasiones, que no somos frikis sólo de vez en cuando (y por eso nosotros hacemos joyas frikis para llevar en el día a día). Y, si llega el momento en que la joya se ennegrece, o tiene rayitas, o va perdiendo el brillo, o le hace falta un repasado… volvédnoslas a enviar 🙂 Sin problemas. O llevadla a algún otro joyero (ojo: joyero mucho mejor que joyería, que muchas joyerías no tienen taller) y, en poquitos minutos, volveréis a tener la pieza como nueva.
Esto es importante porque, tras tantos consejos, a todos se nos queda la idea de que lo estamos haciendo mal, de que no estamos cuidando lo bastante nuestras joyas y de que la plata es algo delicado que hay que tratar con cuidado. ¡Ni mucho menos! Las joyas hay que disfrutarlas, que para algo todas tienen una historia especial y marcan tantos momentos únicos de nuestras vidas 🙂